Gastronomía

Vinos de Los Montes de Málaga.

uvas

La historia de los lagares de los Montes de Málaga está llena de curiosidades: de cómo Catalina la Grande conoció sus vinos a por qué los musulmanes lo llamaban «jarabe»
Antes de que la plaga de filoxera de 1876, las riadas y la crisis económica arrasaran con todo entre los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX, los Montes de Málaga eran un lugar de peso en el cultivo de viñedos. Los más de 800 lagares que llegaron a funcionar en la zona antes de que comenzaran las expropiaciones de las décadas de los 30, 40 y 50 para reforestar lo que hoy es un Parque Natural dan buena cuenta de una historia no siempre tan dulce como sus caldos. Y tampoco muy conocida. ¿Sabía, por ejemplo, que el vino de Málaga llegó hasta la corte de la mismísima zarina de Rusia, Catalina la Grande, y que desde que lo probó adquirió la costumbre de tomar una copita en palacio? Corría entonces el siglo XVIII, la época de mayor esplendor de los viñedos y lagares de los Montes de Málaga, y la fama de los caldos era tal que se exportaba a países como Rusia, Reino Unido o los países nórdicos. Uno de esos cargamentos llegó hasta la corte de la zarina, que desde entonces se apuntó a las bondades del ‘dulce’ de Málaga.
Pero algunos siglos antes, los pobladores de la zona ya apreciaban las cualidades del producto. Así fue en la época musulmana, donde ya se trabajaban los viñedos en los Montes de Málaga y los vinos eran muy apreciados por la población a pesar de que el Corán prohibía el consumo de alcohol. ¿Qué hacer entonces? Parte de la solución vino por el nombre con el que se bautizó al caldo que se producía en tierras malagueñas: xarab Al-malaquí (jarabe de Málaga), al que además atribuían unas propiedades muy apreciables, por ejemplo para abrir el apetito.

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